1º CORINTIOS 3:7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y
el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labor. 9 Porque
nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,
edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica. 11 Porque
nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. 12 Y
si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera,
heno, hojarasca, 13 la
obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el
fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si permaneciere la obra
de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida,
si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 16 ¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el
templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es.
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